La jefa me hizo enojar hoy (distorsiones cognitivas)

¡La jefa me hizo enojar hoy!

A todos nos educan para creer que los eventos externos causan nuestras reacciones emocionales. Pero no sucede realmente así. Se cita al antiguo filósofo griego Epicteto diciendo que:

No son las cosas que pasan lo que nos molesta, sino lo que pensamos acerca de ellas”.

Dicho de otra manera, no son los hechos los que te afectan, sino como tú los interpretas. De entrada no es fácil de entender, pero es importante comprenderlo para poder recuperar el control sobre tu hábitos y mejorar tu madurez emocional.

¿Por qué me enojé?

Lo que hizo tu jefa hoy fue gritarte, eso es todo. Te molestó y tu reacción fue enfadarte. Pero es posible que, en otras circunstancias, lo hayas visto como una amenaza y hayas tenido una reacción emocional de miedo. O bien, que podrías haber visto los gritos como una humillación personal y haberte sentido herido por ello. Incluso es posible que te haya parecido que ella estaba haciendo el ridículo y te haya parecido divertido y te hayas reído.

Pero en todos estos casos, la jefa solo hizo una cosa, te gritó. Entonces hiciste un juicio sobre lo que significaba para ti y generaste un “sentimiento” que era apropiado para esa interpretación. Una vez más, esto no es fácil de ver al principio, porque nos educan para pensar que las cosas externas causan nuestros sentimientos. La intención aquí es señalar que en realidad, y siempre, es lo contrario. Y dado que es nuestra visión de las cosas lo que realmente controla nuestras emociones, se deduce que nuestros propios hábitos de pensamiento tienen una influencia importante en nuestras emociones. Examinemos un poco esa idea.

Todos nosotros tenemos algunas creencias más o menos disfuncionales en nuestro diálogo interno. Pueden ser prejuicios. Pueden ser expectativas poco razonables. Pueden ser reglas absolutistas y exigentes sobre nuestra propia conducta o la de otras personas, todo lo cual influye en los juicios que hacemos sobre los eventos. Si éste es el caso, podemos trabajar en repensar nuestras creencias para mejorar nuestro autocontrol y serenidad.

Las emociones negativas fuertes, como el dolor, la ira y el pánico, son una señal para revisar nuestro pensamiento y ver si contribuye al malestar. No es difícil si buscas reacciones exageradas que puedan derivar de creencias injustificadas. Estas emociones a menudo conducen a lo que podrían ser dificultades evitables.

Miremos de nuevo cuando la jefa te gritó. La juzgaste como injustificado y la resentiste y te enojaste. Aparentemente fuiste lo suficientemente inteligente como para no reaccionar precipitadamente en ese estado de ánimo, y tal vez ser despedido. (En lugar de eso, juraste venganza en silencio y te mantuviste molesto todo el día). Por supuesto, una reacción «fuertemente asertiva» podría estar justificada si, de hecho, la jefa te hubiera acusado falsamente de algo serio. Pero muy a menudo esa no es toda la historia. ¿Es posible que la queja fuera en parte merecida y en parte simplemente no te gustaba admitirlo? De ser así, entonces enfadarse no estaría totalmente justificado.

¿Podría la jefa haber estado bajo mucha presión y haber estallado bajo la misma, de lo que más tarde se arrepentiría y se disculparía? ¿Podrías tener la creencia de que cualquier excitación emocional, como gritar, es realmente un ataque a tu valor? ¿O podría remontarse aún más a una creencia secreta de que todo siempre debe salir cómo quieres? ¿O crees que siempre has de tener su aprobación para sentirte bien?

Se podría decir más y más, pero la conclusión es que, con bastante frecuencia, no es necesario ni prudente reaccionar con enojo en tal situación. Hay cosas menos dañinas a las que recurrir. Si aprendes y practicas la auto-aceptación incondicional (EE. UU.) https://www.smartrecovery.org/smart-articles/unconditional-self-acceptance/ (link al ensayo en español), no sentirás que tu valor está amenazado y no te enojarás en tal situación.

Al mantener la compostura, la jefa sería vista como la que tiene menos control y tu conservarías más dignidad. Esto abre la puerta para una disculpa de ella en el futuro. Si reaccionas de estas maneras menos extremas, mantienes la serenidad para enfrentar la situación de modos que son más ventajosos para ti. Tratar de ver ambos lados puede hacerte menos vulnerable a los ataques, puede conducir a una comprensión objetiva de la causa de los gritos y construir mejores relaciones para el futuro.

La lección aquí no es quién tenía razón o no en el incidente. Es comprender el hecho de que tú tienes el control de tus propias reacciones emocionales. Y que las emociones negativas fuertes a menudo son reacciones exageradas a creencias tales como: «La jefa está completamente equivocada y yo tengo cien por ciento de razón». ó «Se supone que nadie debe levantarme la voz». ó «Ella comenzó este incidente. Tengo justificación para llevarlo al límite, incluso si me cuesta mi trabajo y una buena referencia».

En SMART Recovery nos interesa este tema porque aprender a auto-gestionarse mejor es una consigna de recuperación de hábitos no deseados. A veces, las reacciones emocionales negativas y el comportamiento que resulta de las mismas conducen al uso de alcohol u otras drogas para aliviar la ansiedad que se crea. En lugar de esto, deja que sean una señal para reexaminar tus creencias y valora si estás reaccionando de formas exageradas que pueden resultar costosas. ¡Esto es un secreto de algo que puedes cambiar! Puedes aprender a lidiar con esta excelente oportunidad utilizando el ABC de TREC. Es una de las herramientas de SMART Recovery.

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